
Dedicado a los nietos que no habeis tenido la suerte de conocer al abuelo Julio.
EL TRILLO VIAJERO.
El abuelo tenía dos machos: Andaluz y Naranjo.
Un año el Naranjo no se encontraba bién de salud y el abuelo andaba preocupado porque el macho (este cuando no se encontraba bién se tumbaba y no quería trabajar) no se le podía poner enfermo en la epoca de la recogida del trigo.
Estando yo trillando me dice el abuelo: Que el Naranjo vaya por dentro y el Andaluz por fuera, no cambies la dirección me advierte ya que si lo haces se tumbará.
Yo cumplo con su sugerencia pero al cabo de unas horas como la pareja de machos parecía que iban dando vueltas con normalidad, desoyendo su consejo, cambio la dirección y pongo al Naranjo por dentro y al Andaluz por fuera.
Al cabo de unos minutos el Naranjo no se tumba no, el Naranjo tira del Andaluz y enfila hacia la carretera con trillo y niño incluido dirección ¡a Aldeonte!
¡Abuelo, Abuelo! gritaba yo, un ruido que hacia el trillo por la carretera....
El abuelo y el tío Antonio salieron corriendo a parar a los machos para que no se asustaran y lo que es peor que dejaran inutilizado el trillo.
Que hubiera hecho cualquier abuelo del mundo ante esta imprudencia del nieto y después de avisarle... pués no, el abuelo le metio unos cuantos trallazos al pobre Naranjo que se acabó tumbando al regresar a la parva y a mi no me dijo absolutamente nada.
Yo esperaba que al llegar a casa me castigara pero, a la hora de la cena, normalidad absoluta como si nada hubiera pasado. ¿?
Se enteró todo el pueblo y cuando me preguntaban pero: ¡Chico que has hecho! si estaba el abuelo presente siempre me defendía echando la culpa al macho.
Este hecho quedo en mi recuerdo y en especial que no me castigara o que no me hubiera metido un buen "sopapo" cuando realmente me lo merecía.
A partir de ese día todavía le quise mas y naturalmente nunca mas le volví a desobedecer.
Angelito.
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