siete hijas le dio Dios
y tubo la mala suerte
que ninguna fue varón.
Un día a la más pequeña
le tiró la inspiración
de ir a servir al Rey
vestidita de varón.
No vayas hija, no vayas
que te van a conocer
tienes el pelito largo
y dirán que eres mujer.
Si tengo el pelito largo,
padre me lo cortaré
y con el pelo cortado
un varón pareceré.
Siete años peleando
y nadie la conoció
al montar en el caballo
la espada se le cayó.
Por decir maldita sea
dijo "maldita sea yo"
y el hijo del Rey que la oyó
de ella se enamoró.
La abuela María era cantante cuando era joven, decía ella y no lo dudo; y sus hermanos la acompañaban con la dulzaina y el tamboril. Solía cantar este romance, que se llama La doncella guerrera según unos, La Princesa guerrera según otros. La abuela no sabía ni como se llamaba pero había llegado a ella por tradición oral y ella nos lo transmitió a nosotros. Ahora yo se lo canto a las niñas.
En estos tiempos la tradición oral, ya no es oral, es escrita y te obliga a pasar un mensaje mínimo a diez personas bajo pena de mala suerte.
Así que pasalo, o tendremos la mala suerte de que desaparezca.
Marivi
1 comentario:
Muy bonito
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